La esencia del teatro es ser espejo de la representación de la conducta humana, por tanto, su función es ser mimética. Por otra parte, existen en el cerebro unas neuronas llamadas especulares o espejo capaces de empatizar con otras neuronas de otro cerebro. Es por eso que podamos llegar a percibir e imitar la emoción, el movimiento, la intención de la persona que tenemos enfrente. Eso explicaría el por qué las emociones o la risa son contagiosas. Bajo estos fundamentos surgió la idea de usar técnicas que se emplean en el teatro: expresión corporal, oral, rítmico-musical y las propiamente interpretativas y adaptarlas al modelo de intervención que se pedía por parte del equipo médico. El drama es una terapia activa, expresiva, comunicativa y reflexiva que basa sus principios en el comportamiento humano: cognición, emoción, fisicalidad y experiencia. Y es que la palabra drama significa hacer, por tanto, toda acción es teatro y como escribió Boal (2002): “Todos los seres humanos son actores, porque actúan, y espectadores, porque observan. Somos todos espect-actores”. O lo que es lo mismo, todos podemos actuar ante el espejo de la vida o ser el propio espejo captando, afectándonos e imitando lo que tenemos enfrente.
Se aduce que el teatro abre diálogos cerebro-cerebro por donde transfiere la información.
Domingo Ferrandis
P.D: Fragmento sacado del libro «TEATRO PARA EL CAMBIO CON ANCIANOS · DRAMATERAPIA Y NEUROTERAPIA». de la editorial Ñaque, 2013. Autor Domingo Ferrandis.
Teatro para el cambio con ancianos · Dramaterapia y Neuroterapia