Teatro físico

“Las emociones no son un fenómeno mental, sino una concurrencia mental y física con reflejos visibles o invisibles en el cuerpo”. Toshiharu Kasai

El teatro físico toma como punto de partida la atracción que dirige nuestros movimientos, una órbita constituida por lo biológico, lo psicológico y lo social. Toda acción, toda interacción obedece a esta órbita en el que nos movemos desde que nacemos hasta que morimos. Y es clave para componer personajes, tramas e historias.

El teatro físico es tan ecléctico que no pertenece a un género, sino que son los géneros los que se apropian de su nombre . En ocasiones sus montajes dibujan una estética que se aleja tanto de la danza como del teatro tradicional. Sus acciones exploran la relación del personaje con aquello que le afecta, sus estados, sus sentimientos, sus pasiones, sus ideas a través de la investigación de gestos, actitudes y acciones.

Teatro físico es el uso del cuerpo como protagonista en la narración de una historia. Puede incluir, pero no limitarse a: máscaras, pantomima y mimo creativo corporal, contact improvisación, danza, acrobacia, artes del circo, títeres, teatro de sombras, percusión y coreografías de luchas escénicas. Teatro físico en su modo performance se convierte en una representación interdisciplinaria conocida como teatro total, que valora todos los elementos de la producción por igual.

Actuaciones basadas además del movimiento, en la palabra, imágenes, sonido, iluminación, tecnología y robótica como pirotécnica, así del uso de elementos naturales como el agua, el fuego o el viento.

Todo laboratorio físico nace desde la introspección, preguntarse a sí mismo qué es lo que quiere contar, por qué, cómo, e ir dándose respuestas.

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